No volvería a ese tiempo
libre de preocupaciones y de problemas
como fue mi infancia
porque si regresara a esa época
no sería consciente del disfrute y del gozo
presentes
por la ausencia de cuitas y quebraderos.
Y eso que mi niñez
fue, como diría Antonio,
días azules y sol de infancia,
no como la de otras personas
a las que la suya las llenó de temor
y, aun con menos suerte, de odio.
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