Tenía que ser así.
Pero considéralo.
Hasta el final de la pandemia.
Si quieres conformar mi equipo.
O que te cedan a otros.
Incluso cambiar de liga.
Esto no es un ultimátum.
Solo te recuerdo mis necesidades.
Porque no me parece justo que,
algún día,
complete mi equipo,
y tú creas que no te quise;
que fue de la noche a la mañana;
que no hubo señales de aviso;
que tengo un corazón frío;
que me fallaste o te mentí.
Entonces, te cuento.
Piensa si soy tu prioridad, primero;
si es que no, estamos a tiempo.
Coge la carretera,
y dirígete a donde quieras.
Si es que sí, entonces,
reflexiona sobre el miedo
o cualquiera de tus frenos:
¿Podrás apartarlos y crear
un mundo para nosotros?
Donde lo más importante para mí,
seas tú;
donde lo más importante para ti,
sea yo.
Si es que no,
coge la carretera,
y dirígete a donde quieras.
Yo no montaré un piquete,
ni cortaré ninguna vía,
ni pondré pinchos a tus ruedas.
Si es que sí,
no hay vuelta atrás,
vuelve a enfrentarte a tu mierda.
Y si la respuesta es no,
aún de todas las maneras,
yo te propongo seguir
siendo amigos que se quieran.
Si te faltan mil amores,
busca y encuentra sin pena,
que yo formaré un equipo,
hasta el día en que fallezca.
Tendremos nuestras vidas plenas,
las necesidades cubiertas,
pero cuando ambos queramos,
pararemos nuestra tierra,
y en mi caso esa persona,
habrá de aceptar que así sea.
Él será mi equipo eterno;
tú, mi amor hasta que muera.