de pronto,
sigilosa o no,
eso no importa.
Duele
exactamente
igual.
Se hace la luz,
tarde y mal,
pero siempre
se hace.
La vida no te va a esperar
ni aguardará a que te prepares
para dejarte sin trabajo
o enfermar a tu padre.
Aquel ángel que es mi hermana postiza,
a la que conocí por mi hermano de verdad,
de repente se encuentra con un giro argumental
extremadamente difícil de soportar.
Estás tú aquí, dando por hechos tus segundos, pensando como
dice Dani Rovira, que las balas silban a tu alrededor pero nunca te dan.
Pero te dan.
Te dan.
El tiempo verbal da igual.
Te dan.
Procura solo que, cuando te den, no te salga el acto reflejo de echar la vista atrás.
Eso es lo único que va a contar. Esa es la única diferencia que te va a marcar.