viernes, 13 de diciembre de 2019

Mi gran historia de amor





Te concentras tanto en las películas románticas vendehúmos que te empeñas en desear lo que no has vivido, en anhelar ser lo que nunca has sido, en pedir lo que jamás has querido.

Y durante más años de los que deberían estar permitidos, te vuelves incapaz de ver tu gran historia de amor.

Sin películas, sin fantasías. Tu historia real.

Esa que en una gran fiesta local, puede parar el tiempo a su alrededor. La que puede detener un corazón, volver el frío calor; hacer correr al que yace inerte;  abrazar al pasado en un puente; provocar llanto en un témpano helado; dar un carpetazo al presente.

Esa que en una discoteca, es capaz congelar el reloj. La que es capaz de borrar a cualquiera en torno a dos; entrelazar las manos en un taxi; dejar de estar ausente con volver a verse.

Y ahí estás tú, y ahí estoy yo.

En la pista de baile.

En nuestra propia película.

En nuestro relato de amor, que avergüenza a todo lo que en ficción se inventó.

Y da igual si será eterno; si hoy aún pervive; si ya murió.

Lo importante es su existencia: mi gran historia de amor.

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