Imagina que el mundo entero, ante un problema, disputa o malentendido, dijera:
"Si la culpa fue mía perdón; si fue tuya perdona".
Imagina que el mundo entero quisiera resolver cada problema, disputa o malentendido.
A costa de renunciar al orgullo, a la venganza o a la ira.
Sin pestañearse.
Pues sí.
Es cierto.
Este mundo sería otro, ¿verdad?
Entonces, ¿por qué no empezar ya a ponerlo en práctica?
No hay comentarios:
Publicar un comentario