¿Y si por alguna razón
el enemigo real soy yo?
El que apuesta demasiado,
el que deja absorber su energía,
el que no se centra en sí mismo,
el que realmente no sabe
cómo coño salir de esta inseguridad
constante y devastadora
que le está reconcomiendo
y no encuentra la vía de escape
o es incapaz de ejecutarla
aún teniéndola delante.
Hay algo que se me escapa
y lo sé,
pero no puedo identificarlo.
Ahora, no.
A ver con el tiempo.
¿Es este amor el que se lleva mi energía,
eres tú que, ya, no,
o soy yo que tengo una depresión de caballo
o no consigo ser lo que quiero
o encontrar mi puto sitio?
Que yo que sé,
que no,
que sí,
qué.
Veremos.
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