viernes, 18 de febrero de 2022

Hogares seguros

 Debemos conseguir hogares seguros e infancias felices

 a todas las niñas y niños de este planeta,

pero mientras no podamos alcanzar ese objetivo,

deberemos crear escuelas que sean un refugio,

un lugar que les ayude a repararse,

y que no suponga, de ningún modo,

una tortura, añadida a otras o no.

Debemos proteger con uñas y dientes

a nuestra infancia y adolescencia.

Era nuestra responsabilidad ayer, 

lo es ahora y 

lo será siempre.

También intentaremos que cualquiera que esté allí

se encuentre a gusto,

excepto si pone en riesgo a otra persona o efecto material

o incurre en la tentativa de hacerlo.

Para todo ello necesitamos

un pacto educativo general;

un sistema donde converjan 

lo que se necesita, lo que se desea y lo que se da bien;

agentes educativos (especialmente la docencia)

con una vocación e interés notable

o incluso sobresaliente y, más importante aún,

con amplias capacidades de resolución de conflictos,

detección de problemas y situaciones de riesgo,

y una motivación, sentido de la equidad y empatía

desbordantes.

Y necesitamos una asignatura que englobe

salud mental, gestión emocional, 

gestión de conflictos, 

mediación 

e igualdad. 

Al menos, 

mientras llegan 

los hogares

seguros.




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