De las imposiciones sociales.
De lo que me estresa.
De mis agobios.
De las responsabilidades que me asfixian.
De la mediocridad.
De luchar todo el rato
contra mis pensamientos,
contra los elementos,
contra los obstáculos,
contra los actos ajenos.
A veces, incluso, de mí.
Hasta el coñomoño.
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