martes, 19 de enero de 2021

Cuerpo y emoción

Cuando guardas las emociones en el cuerpo, este duele. Gime. Se lamenta. Se resiente.

Puede hacerlo sin que notes nada; en calma, lentamente y sin llamar la atención.

Comienza a dolerte una muñeca, una pierna, el pecho, la cabeza, y al final puede dolerte todo el cuerpo.

Por eso tienes que sacar las emociones. Lidiar con ellas. Hablar con alguien sobre ellas.

Aunque sea contigo misma. Escribir acerca de lo que sientes. Llorar. Reír. Quejarte. Disculparte. Gritar.

Expresar.

Soltar.

Encontrar la forma.

En fin, dejar que las emociones abandonen el cuerpo.

Que solo quede el poso de ellas, el necesario, el que no pesa, el que no es una carga.

Lo justo e indispensable para que las emociones no afecten, de ninguna manera, al cuerpo.

Ese cuerpo tuyo que no solo tienes la suerte de tener, sino también la obligación de proteger.

No hay comentarios:

Publicar un comentario