miércoles, 13 de enero de 2021

Un alma libre

 Esta noche, justo antes del toque de queda, paseaba a mi perro y se me apagó el teléfono móvil.

 Así, de repente, sin avisar.

 Por unos minutos, volví a ser libre.

 Ese alma libre que observa todo con curiosidad e ilusión,

 ese alma libre que hace lo que le da la gana siempre,

 ese alma libre que no vive atada a objetos o personas,

 ese alma libre que solo percibe el presente.

 Ese alma libre felizmente abandonada a la nada,

 pero no a una nada triste, harto dependiente y terriblemente ansiosa,

 sino a la nada sorprendente, fluida y despojada de cualquier cosa.

 Poco antes de meter las llaves en la cerradura del portal,

 me convencí de dejar mucho más, progresivamente,

 todo lo que me contamina a un ladito,

 y permitir, provocar y fomentar

 a ese alma libre regresar.





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