Y es maravilloso.
Es como si renacieras.
Como si recargaras unas pilas internas.
Te sientes bien.
Te sientes nueva.
"¡Ey, Pereza!" - le gritas desde dentro-
"Has ganado un montón de partidos de chiripa.
Ahora bien, en este ha habido un golazo.
El mío".
Y termina 1-0.
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